El tribunal entendió que la mujer, una profesional con título universitario que durante el tiempo que duró la relación de la pareja, contribuyó con mucho dinero al hogar, y aunque hoy se encuentra desocupada, cuenta con las herramientas necesarias para lograr un trabajo que pueda sostener su vida.
El hombre aporta el 25% de sus ingresos al hogar, más la cuota escolar de sus hijos, cobertura médica y la cuota del crédito hipotecario a través del cual compraron la casa donde viven los chicos y la mujer.
Ahora el hombre “sólo debe contribuir a la mitad de los gastos estimados, dado que (su ex mujer) -al tener capacidad para generar ingresos- debe atender a las restantes necesidades de los hijos”.
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