TRABAJADORES PARAGUAYOS
Comercio-CTA.- 15/09/2011.- Paupérrimas condiciones laborales, persecución sindical, acoso laboral, prácticas xenofofóbicas contra el personal extranjero, condiciones salariales de mierda, son algunas de las situaciones a la que están sometidos los empleados que prestan servicio de atención al cliente para la empresa energética Edenor.
“No nos permiten hablar en Guaraní porque dicen que estamos en Argentina y que acá se habla castellano” relata una trabajadora que prefiere el anonimato por temor a ser despedida. La empresa Actionline, para la que trabaja esta compañera, advirtió a todo el personal oriundo de Paraguay que en caso de solidarizarse con otra trabajadora connacional que fuera despedida, anteriormente, por reclamar que se respeten sus derechos, todos correrían la misma suerte.
Se trata de un centenar de trabajadores provenientes de Paraguay. Ellos, hace dos años atrás fueron contratados para atender reclamos de usuarios telefonía celular Claro en Paraguay, desde Buenos Aires. Tiempo atrás dicha compañía de telefonía celular, cambió de prestador y los trabajadores fueron reubicados y a partir de este cambio comenzaron las penurias y maltratos.
Un de los trabajadores recuerda que al momento en que fueron convocados para cubrir los puestos de trabajo “El hablar idioma guaraní era el requisito excluyente para obtener el empleo, por estos días es un blanco de la más ridícula discriminación. Vivo hace muchos años en Argentina y es la primera vez que me pasa esto”.
El trabajador hace referencia a las constantes prácticas discriminatorias que a diario se producen en el lugar de trabajo con la coincidencia de que siempre quien lo padece es "casualmente" el personal de nacionalidad paraguaya.
En el día de ayer la empresa Actionline despidió a la trabajadora Cyntia Ortíz del Valle que prestaba servicios a los clientes de Edenor y esta mañana al ver la indignación de sus compañeros ejerció una fuerte presión contra los trabajadores que se solidarizaron con ella. Aún así un grupo de trabajadores de la empresa realizaron un escrache en la puerta del establecimiento ubicado entre las calles Florida y Viamonte de la Capital Federal. Posteriormente, convocaron para el jueves 22 a las 15Hs a otro acto en busca de repudiar la conducta de la empresa y reivindicar la idiosincracia y "orgullo del ser guaraní".
El relato de los trabajadores abunda en detalles que indignan por la ignorancia que revela en quienes ejercen este trato despectivo y perverso, y si bien se reproduce bajo formas diversas, todos tiene un patrón similar: la xenofobia. Así relata una compañera su experiencia, “Una compañera embarazada que es paraguaya pidió permiso para ir al baño y le negaron el permiso. Un minuto después otro trabajador argentino avisó que se iba al baño y le dijeron: Dale” Otra de las trabajadoras, agregó “La idea es que nos cansemos y nos vayamos, todas necesitamos el trabajo, venimos a trabajar, no le hacemos mal a nadie, no entendemos por qué tanto maltrato”.
Aunque la Constitución Nacional garantiza a los extranjeros en el territorio de la Nación gozar de todos los derechos civiles del ciudadano argentino.
La empresa Actionline, puertas adentro, deroga este derecho y ejerce una política corporativa que genera un ambiente hostil y discriminatorio con prácticas xenófobas que atentan contra la dignidad de las trabajadoras y trabajadores de nacionalidad paraguaya. Paradójicamente, el sector energético de Argentina es el más beneficiado por la producción eléctrica que se obtiene en suelo paraguayo.
Solo el 5% de lo que produce Yaciretá queda en Paraguay el resto se exporta a Argentina, Brasil y Chile donde empresas como Edenor son las principales beneficiarias.
El idioma Guaraní que tanto irrita a los directivos de Actionline, se habla en varias provincias de nuestro país y desde el año 2004, es considerado idioma oficial alternativo en la provincia de Corrientes. Los clientes de Edenor al igual que los directivos de la empresa desconocen los más mínimos cańones de respeto a ciudadanos de otra nacionalidad. Los compañeros a diario conviven con situaciones de este tipo: “Algunos clientes de Edenor llaman y nos dicen a los gritos, -pasame con un argentino, no quiero que me atienda una paraguaya de mierda”
Ante este estado de situación, los trabajadores iniciaron este jueves un plan de lucha que apunta a poner en evidencia estas prácticas empresarias que no se condicen con normas de convivencia social que, discursivamente, se dice inclusiva, diversa e igualitaria y en los hechos se muestra arbitraria, discriminatoria y abusiva.
Se trata de un centenar de trabajadores provenientes de Paraguay. Ellos, hace dos años atrás fueron contratados para atender reclamos de usuarios telefonía celular Claro en Paraguay, desde Buenos Aires. Tiempo atrás dicha compañía de telefonía celular, cambió de prestador y los trabajadores fueron reubicados y a partir de este cambio comenzaron las penurias y maltratos.
Un de los trabajadores recuerda que al momento en que fueron convocados para cubrir los puestos de trabajo “El hablar idioma guaraní era el requisito excluyente para obtener el empleo, por estos días es un blanco de la más ridícula discriminación. Vivo hace muchos años en Argentina y es la primera vez que me pasa esto”.
El trabajador hace referencia a las constantes prácticas discriminatorias que a diario se producen en el lugar de trabajo con la coincidencia de que siempre quien lo padece es "casualmente" el personal de nacionalidad paraguaya.
En el día de ayer la empresa Actionline despidió a la trabajadora Cyntia Ortíz del Valle que prestaba servicios a los clientes de Edenor y esta mañana al ver la indignación de sus compañeros ejerció una fuerte presión contra los trabajadores que se solidarizaron con ella. Aún así un grupo de trabajadores de la empresa realizaron un escrache en la puerta del establecimiento ubicado entre las calles Florida y Viamonte de la Capital Federal. Posteriormente, convocaron para el jueves 22 a las 15Hs a otro acto en busca de repudiar la conducta de la empresa y reivindicar la idiosincracia y "orgullo del ser guaraní".
El relato de los trabajadores abunda en detalles que indignan por la ignorancia que revela en quienes ejercen este trato despectivo y perverso, y si bien se reproduce bajo formas diversas, todos tiene un patrón similar: la xenofobia. Así relata una compañera su experiencia, “Una compañera embarazada que es paraguaya pidió permiso para ir al baño y le negaron el permiso. Un minuto después otro trabajador argentino avisó que se iba al baño y le dijeron: Dale” Otra de las trabajadoras, agregó “La idea es que nos cansemos y nos vayamos, todas necesitamos el trabajo, venimos a trabajar, no le hacemos mal a nadie, no entendemos por qué tanto maltrato”.
Aunque la Constitución Nacional garantiza a los extranjeros en el territorio de la Nación gozar de todos los derechos civiles del ciudadano argentino.
La empresa Actionline, puertas adentro, deroga este derecho y ejerce una política corporativa que genera un ambiente hostil y discriminatorio con prácticas xenófobas que atentan contra la dignidad de las trabajadoras y trabajadores de nacionalidad paraguaya. Paradójicamente, el sector energético de Argentina es el más beneficiado por la producción eléctrica que se obtiene en suelo paraguayo.
Solo el 5% de lo que produce Yaciretá queda en Paraguay el resto se exporta a Argentina, Brasil y Chile donde empresas como Edenor son las principales beneficiarias.
El idioma Guaraní que tanto irrita a los directivos de Actionline, se habla en varias provincias de nuestro país y desde el año 2004, es considerado idioma oficial alternativo en la provincia de Corrientes. Los clientes de Edenor al igual que los directivos de la empresa desconocen los más mínimos cańones de respeto a ciudadanos de otra nacionalidad. Los compañeros a diario conviven con situaciones de este tipo: “Algunos clientes de Edenor llaman y nos dicen a los gritos, -pasame con un argentino, no quiero que me atienda una paraguaya de mierda”
Ante este estado de situación, los trabajadores iniciaron este jueves un plan de lucha que apunta a poner en evidencia estas prácticas empresarias que no se condicen con normas de convivencia social que, discursivamente, se dice inclusiva, diversa e igualitaria y en los hechos se muestra arbitraria, discriminatoria y abusiva.
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