Derechos humanos: ejecutan a retrasado mental en Texas, USA
ARGENPRESS –
Marvin Wilson, de 54 años, murió el martes por inyección letal en la prisión sureña de Huntsville. La sentencia fue consumada luego que la Corte Suprema de Justicia rechazó una última apelación de la defensa.
Los fiscales acusatorios desestimaron un examen de coeficiente de inteligencia que reflejó para Wilson en el año 1998 un nivel de 61, el indicativo normal es alrededor de 90.
Un tribunal tejano concluyó que esa prueba médica no garantizó “un mínimo de competencia profesional psicológica” y el convicto tenía que pagar por el asesinato del informante policial Jerry Williams, un hecho ocurrido en Beaumont en 1992.
Por el mismo delito y en calidad de cómplice, el reo Andrew Lewis, de 46 años, fue condenado a cadena perpetua.
Desde 1973, 140 personas condenadas a ser ejecutadas en Estados Unidos se salvaron del corredor de la muerte después que fueron reconocidas como inocentes sobre todo gracias a investigaciones forenses relacionadas con el ADN mitocondrial.
Una encuesta de la agencia Gallup reflejó que el 64 por ciento del público estadounidense defiende la sentencia capital, el nivel más bajo de respaldo en los últimos 18 años. Una anterior pesquisa de 1994 proyectó un apoyo del 80 por ciento.
Tenemos un sistema judicial que comete desaciertos. Debemos estar preparados para la eventualidad de que algunos serán sentenciados por crímenes ajenos, comentó Thomas Hill, destacado abogado de Ohio.
Luego de una investigación exhaustiva que abarcó más de una década, peritos concluyeron que el estado de Texas habría matado a un hombre inocente en 1993.
Se trata del caso del hispano Ruben Cantu, procesado por homicidio a los 17 años de edad y ejecutado, pese a que se carecía de evidencia material que lo vinculara con el crimen.
California es actualmente el departamento con más reos condenados a morir (723), seguido de Florida (402) y Texas
Marvin Wilson, de 54 años, murió el martes por inyección letal en la prisión sureña de Huntsville. La sentencia fue consumada luego que la Corte Suprema de Justicia rechazó una última apelación de la defensa.
Los fiscales acusatorios desestimaron un examen de coeficiente de inteligencia que reflejó para Wilson en el año 1998 un nivel de 61, el indicativo normal es alrededor de 90.
Un tribunal tejano concluyó que esa prueba médica no garantizó “un mínimo de competencia profesional psicológica” y el convicto tenía que pagar por el asesinato del informante policial Jerry Williams, un hecho ocurrido en Beaumont en 1992.
Por el mismo delito y en calidad de cómplice, el reo Andrew Lewis, de 46 años, fue condenado a cadena perpetua.
Desde 1973, 140 personas condenadas a ser ejecutadas en Estados Unidos se salvaron del corredor de la muerte después que fueron reconocidas como inocentes sobre todo gracias a investigaciones forenses relacionadas con el ADN mitocondrial.
Una encuesta de la agencia Gallup reflejó que el 64 por ciento del público estadounidense defiende la sentencia capital, el nivel más bajo de respaldo en los últimos 18 años. Una anterior pesquisa de 1994 proyectó un apoyo del 80 por ciento.
Tenemos un sistema judicial que comete desaciertos. Debemos estar preparados para la eventualidad de que algunos serán sentenciados por crímenes ajenos, comentó Thomas Hill, destacado abogado de Ohio.
Luego de una investigación exhaustiva que abarcó más de una década, peritos concluyeron que el estado de Texas habría matado a un hombre inocente en 1993.
Se trata del caso del hispano Ruben Cantu, procesado por homicidio a los 17 años de edad y ejecutado, pese a que se carecía de evidencia material que lo vinculara con el crimen.
California es actualmente el departamento con más reos condenados a morir (723), seguido de Florida (402) y Texas
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