miércoles, 12 de enero de 2011

Oficiales y Suboficiales de todas las fuerzas, policiales, de seguridad, penitenciarias, y porque no, militares, tengan mucho cuidado…

Proclama a los milicos de todo color

Oficiales y Suboficiales de todas las fuerzas, policiales, de seguridad, penitenciarias, y porque no, militares, tengan mucho cuidado…
Hay más de mil oficiales y suboficiales presos injusta e ilegalmente, por haber cumplido con su deber, en circunstancias parecidas a las que se están produciendo.

No se dejen usar como profilácticos de esta casta política corrupta, enriquecida, hipócrita y desagradecida. Los van a traicionar.

A ustedes no les pagan para ser heridos sin poder defenderse.
A ustedes no les pagan para que sean escupidos e insultados.
A ustedes no les pagan para ponerse de rodillas.
A ustedes no les pagan para que sus familias se avergüencen de ustedes.
A ustedes no les pagan para bajar la cabeza como felpudos
Subordinados SI Alfombras NO.

La docena de cientos de presos por cumplir su deber, es una luz permanente sobre ustedes, gritan y claman por ustedes cuando las papas queman y pasado el peligro, los desprecian, enjuician y encarcelan.

Algunos, pedirán "garantías" para actuar. Otros ofrecerán esas garantías que no son más que mentiras para que el milico vaya al frente.

Todos sus jefes y todos ustedes se comprometieron a defender a la patria, a las leyes, a los ciudadanos y a sus bienes. Servir y proteger.

Ninguno necesitaba una orden especial para actuar, todos sabían su deber y a pesar de ello, lo incumplieron por carecer de respaldo institucional y político.

Algunos de ustedes, quizás recién comprendan la injusticia cometida con los camaradas presos a los que mandaron a reprimir el delito y perseguir a delincuentes. Tal como ocurre ahora, mandados por gobiernos de políticos que luego negaron sus responsabilidades.

Esa misma gente que hoy reclaman a los gritos la presencia policial para defender sus barrios, es quizás la misma que se encargó de desprestigiarlos a ustedes hace apenas unos días.

A no perder ni la dignidad ni el orgullo del uniforme ni del hombre que lo viste. A aniquilar a las manzanas podridas que pueda haber entre ustedes y a exigir el respeto de su condición de agentes de la fuerza pública.

Fuerza pública, que no es de un juez ni de un político, es la fuerza que tiene cada uno de ustedes por su compromiso juramentado.

A ningún médico se le ocurriría esperar orden de nadie para salvar a un enfermo, del mismo modo, ustedes están obligados por la Ley a defender lo que ella manda por encima de cualquier hombre. Esa es la Autoridad que la Nación les confiere.

Sean dignos, pero no se dejen usar. Rezamos por ustedes.

Alcaide(R) Nelson Cremades

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