EL GENERAL BURLADOR
CÉSAR SANTOS GERARDO DEL CORAZÓN DE JESÚS MILANI
Debemos -nuevamente- ocuparnos de describir los incongruentes procederes de un Señor General De Brigada quien, a partir de su investidura y ambiciones desmesuradas, pretende congraciarse con el poder de turno. Su objetivo no es otro que encaramarse en la conducción del Ejército Argentino como JEMGE. De lograrlo, logrará contribuir aún más al desprestigio de esa institución. El relato que sigue será útil a los efectos de comprender por qué el protagonista es despreciado, habiendo demostrado una conducta arrastrada, genuflexa y abundante en obsecuencia.
El Señor -con asesoramiento del Doctor Fresco, un abogadillo que presta servicios bajo su mando en la Dirección de Inteligencia Militar- no tuvo mejor idea y criterio que elaborar un supuesto dictamen interno, con el fin de establecer cómo deberían ser las liquidaciones y blanqueo del personal militar. Este tema fue oportunamente abordado en el ámbito correspondiente el Poder Judicial de la Nación -como es obvio, y como corresponde-, con fallos a favor y jurisprudencia establecida en casos como el denominado Fallo Salas.
Pero el Señor General, como si encarnara aquel personaje “Yeneral González” que hiciera popular el capocómico Alberto Olmedo, decidió posicionarse por encima de la propia Corte Suprema: cual capanga de una empresa al estilo de La Forestal, fijó las liquidaciones y salarios que deberían percibir sus pares, comprendiendo todos los decretos reclamados y abonados como sumas fijas no remunerativas ni bonificables desde el año 2005 a la fecha y que ocasionaron un verdadero pandemónium administrativo contable. Lo descripto provocó situaciones desquiciantes, tales como que un soldado voluntario termine percibiendo haberes superiores a un Oficial recibido del Colegio Militar de la Nación. Por cierto, las liquidaciones elaboradas por el “Fresco personaje” se orientan en el sentido de demostrarle al Estado Nacional (con un remarcable grado de inescrupulosidad y obsecuencia) que él puede lograr el milagro administrativo de igualar hacia abajo, y terminar en algunos casos abonando sueldos aun inferiores a los percibidos con los reclamos judiciales correspondientes y reconocidos por el Máximo Tribunal.
Es dable destacar que el cuerpo de letrados que acompañan al General en esta suerte de epopeya de arrodillamiento ante el poder no compartieron -según nuestras fuentes- ese proceder. Salvo, claro está, su acólito y Tartufo Doctor Fresco.
Pero el General quien, como decimos en el barrio, “no come vidrio” sabe que, en algún futuro, será un retirado más que pase a percibir sus haberes por el IAF con su credencial de Sociedad Militar Seguro de Vida. En tal sentido, ha sido precavido, por cuanto ha iniciado -en persona, en el estudio del Dr. Pablo Ignacio Tommasi, sito en Moldes 3327, 3ª B- el reclamo judicial de reconocimiento y blanqueo de sus propios haberes. Milani inició causa judicial en el fuero Contencioso Administrativo, Juzgado Número 8 (Número de causa 37215, con fecha de presentación 25/10/2011), solicitando se le incorporen todas las sumas no bonificables ni remunerativas en forma acumulativa desde el año 2005 a la fecha. Encabezan el expediente el Señor Brandao, Jorge Emanuel y Otros. Léase, bajo “otros”, se incluye al General “César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani”... quien simplemente reclama lo que corresponde al blanqueo.
Infiero, colijo, ergo interpreto que el Yeneral no desea percibir haberes acorde a los papers que él mismo elabora para con sus camaradas. Ah, no: “Si hay miseria, que la misma no me incluya”. De acuerdo a fuentes reservadas del propio Edificio Libertador, no podrían caracterizarse precisamente de prístinos y claros los manejos de dinerillos reservados que ha hecho el General frente a las partidas secretas manipuladas por él a piacere hasta la fecha. En este espectro se contabilizan numerosos manejos espurios en lo que hace a venta de propiedades y bienes del Estado Nacional. Por qué no referirse -para citar un caso- a la denominada “escuelita” de la calle Basualdo, que ocupa una manzana completa en plena Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ¿Seguimos?
Nos hallamos en presencia de un encumbrado y reputado aspirante, llamado a convertirse en un broker inmobiliario con bienes del Estado Nacional (patrimonio de los argentinos) a costo cero. Un auténtico Toribio Achával... Reportan nuestras fuentes que el Yeneral es hoy ya un importante inversor inmobiliario y vecino de La Horqueta, un verdadero hombre prospero. Un individuo rebosante de bondad -e igualmente voluntarioso-, que ha hecho crecer su patrimonio desde un salario... aunque superando en habilidad al propio magnate estadounidense Donald Trump.
Esperemos contribuir desde estas humildes líneas y la presente columna a arrojar luz sobre los negocios ilícitos y la corrupción que envuelve a este particular Jano, que aspira a la Jefatura del Ejército. ¿Quiénes deberían tomar cartas en el asunto? Desde luego que la responsable es la Oficina Anticorrupción, para investigar de oficio las tropelías cometidas por este General que, en otro orden y oportunidad, no tuvo mejor idea que filtrar la lista de sus agentes de Inteligencia para ser publicada por medios del oficialista Señor Sergio Szpolski; hecho que, en cualquier nación “seria” hubiera motivado a una inmediata destitución y posterior procesamiento con pena de cumplimiento efectivo.
“No existe nada peor que un obsecuente, investido -en secreto- de poderes coercitivos específicos” (filósofo romano Marco Terencio Varrón)
Sorge
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