La aerolínea American Airlines y su casa matriz, el holding AMR, emitió un comunicado donde anunciaba “haberse acogido a la ley de quiebras, pero mantendrá sus operaciones normalmente, gracias a una disponibilidad de efectivo de 4.100 millones de dólares”.
El presidente ejecutivo renunciante Gerard Arpey será reemplazado por Thomas Horton quien informó que “la reorganización que emprenderá, en el marco del capítulo 11 de la ley de quiebras estadounidense, le permitirá reducir durablemente sus costos de funcionamiento, principalmente en materia salarial”.
Este anuncio podría desencadenar profundos cambios en el sector de la aviación comercial en América Latina, donde hasta ahora la aerolínea estadounidense contaba con la mayor participación en el mercado.
Este anuncio llega ‘tras la acumulación de enormes deudas por parte de la compañía, afectada por los altos precios del combustible y debilitada por los altos costos de una mano de obra con más beneficios que la de la competencia’.
AMR Corp., dueña de AA, es la única gran compañía en el sector que “tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 no se acogió al capítulo 11, como se conoce a la ley de quiebra. En sus anuncios de este martes indicaron contar con activos valorados en 25.000 millones de dólares y obligaciones por el monto de 30.000 millones de dólares”.
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