CABILDO - Por la Nación contra el caos |
(Desagravio a doña Encarnación Ezcurra) Se necesita en verdad ser un tremendo alcahuete para ir a un lugar histórico donde, como en pocos, se jugó el destino de nuestra Patria y el honor de las armas nacionales como la Vuelta de Obligado, para chuparle las medias a una de las más fieras destructoras de las Fuerzas Armadas argentinas, conjuntamente con su marido el Perverso Difunto, la profetisa de la Indefensión Nacional, Cristina Fernández de Kirchner, gran protectora de los que armados por la Cuba comunista y la Unión Soviética, agredieron a la Nación Argentina. Porque si hubiera gobernado nuestra Patria en esa época esta nefasta pareja, no hubiera habido Ejército (Como no lo hay ahora), ni tampoco cañones que disparar (ídem anterior), ni soldados (ídem de ídem). Los Kirchner son la antítesis de la Vuelta de Obligado, la contramano de los Colorados del Monte, la vereda de enfrente de toda causa noble, justa y pura. Los terroristas marxistas de los siglos XX y XXI a los que, muy tardíamente, adhirió el matrimonio siniestro, no tienen ningún punto de contacto con los federales. Son en cambio muy similares a los unitarios del siglo XIX. Ambos eran jóvenes (“imberbes”, a pesar de la barba en U de los segundos); los dos fueron organizados y financiados desde el extranjero (“mercenarios”), Cuba y Unión Soviética los unos, Francia e Inglaterra los otros. Sus miembros perpetraron abominables asesinatos, incontables en los dos casos (“sicópatas”). También las organizaciones eran similares, unos en “células”, los otros en “logias”. Fueron repudiados por la población en el momento de los hechos, tantos los unos como los otros, y solo llegaron a ser medianamente aceptados después de largos años de lavado de cerebro. Y finalmente ni los terroristas erpiano-montoneros ni los unitarios tenían vínculos con el país real ni sabían hacer nada bueno en pro de él (“estúpidos”). Entre los tremendos absorbecalcetines genuflexos presentes en el “actito” de marras, quien se lleva la cucarda es un tal Antonio Testa, quien acudió al lugar disfrazado de Colorado del Monte y entregó a la propulsora del matrimonio sodomítico una divisa de la Santa Federación con las efigies del Restaurador y de su señora esposa, la Heroína de la Federación. Al recibirla, la titular del régimen bolche-progresista exclamó “¡Está Encarnación!”, lo que dio motivo para que Testa perpetrara una de las obras maestras de la alcahuetería universal, contestándole “¡Sí, ella es usted!” Realmente la audacia de Testa nos deja sin palabras, es verdaderamente insuperable, lo que se dice un “capo lavoro”. Su autor se consagra como el abanderado de los obsecuentes, el adalid de los chupamedias, el paladín de la sinrazón: ¡Elisabet Fernández Wilhelm es Encarnación Ezcurra! ¿Entonces Néstor Kirchner era el Brigadier general don Juan Manuel de Rosas? ¡Qué tamaño despropósito!… ¡Qué tremendo y soberbio alcahuetazo! Parodiando a Quevedo, que estos repudiables hábitos mucho censuró, podemos calificar a Testa de ejemplo de aduladores y espejo de serviles. Claro que si somos más modernos y criollos vemos que al hombre se le mezcló la Biblia con el calefón y el sable sin remaches. Todo por el mismo precio. La causa del Brigadier General es completamente distinta y enfrentada con la de Kirchner. Sobre ella nos dice el mismo Rosas: “La causa que vamos a defender es la de la Religión, la de la justicia y del orden público; es la causa recomendada por el Todopoderoso”. En cambio la causa o más bien las causas de Kirchner se llaman Skanska, los fondos de Santa Cruz, Greco, Espinosa, Schoklender-Madres, valijas de Antonini, etc., etc. Don Juan Manuel llegó rico a la función pública y se fue pobre. Los Kirchner son una especie de Rosas al revés, llegaron pobres y se van inmensamente forrados. Néstor Carlos hoy en día es el más rico de todo el cementerio de Río Gallegos. Y no abundo en más diferencias ya que las hubo, y a granel, porque el lector avisado las conoce perfectamente. Faltan pocos meses para febrero, para conmemorar otro aniversario del combate de San Lorenzo, seguramente acudirá a las cuasi vecinas barrancas del viejo convento Testa, siempre disfrazado pero esta vez de granadero, diciendo con voz engolada y exaltada, superando lo anterior: “¡Señora, usted es María de los Remedios y todas las Damas Mendocinas juntas!” Cabe consignar que la Presidente recompensó a los chupamedias creándoles un Instituto, que será presidido por el todo terreno alfonsinista, menemista, kirchnerista, “Pacho” O'Donnell y les dará un puestito para que también figuren a otros. Según nos refiere uno de los agraciados, Luis Launay, los otros miembros del cónclave son Porfidio Calderón, Pablo Vázquez, Fabián D´Antonio, Oscar Denovi, Cacho Schiavoni, Pepe Muñoz Azpiri, Oscar García Pérez, Germán Wibrat, Enrique González, Eduardo Rosa, Alberto Gelly Cantilo y el presidente del Instituto Juan Manuel de Rosas Alberto González Arzac, quienes también dijeron presente en el aquelarre. Sobre la vestimenta de éstos, si concurrieron disfrazados o no, Launay en su crónica guarda el más absoluto silencio. Fernando José Ares |
No hay comentarios:
Publicar un comentario