miércoles, 1 de junio de 2011

El caso de Chávez Abarca.


Algo huele mal en el caso de Chávez Abarca

Por Lafitte Fernández
Categoría Jamás podría apoyar a ningún terrorismo, de cualquier bandería política que asuma, pero algo me huele mal en el caso de Francisco Chávez Abarca.Martes, 31 de Mayo de 2011
 

Por: Lafitte Fernández (*)

Jamás podría apoyar a ningún terrorismo, de cualquier bandería política que asuma, pero algo me huele mal en el caso de Francisco Chávez Abarca.

Comienzo de adelante hacia atrás. Ahora resulta que el gobierno de Hugo Chávez anuncia que detuvo al opositor Alejandro Peña Esclusa porque, supuestamente, el salvadoreño habló más de la cuenta y el venezolano era uno de los hombres que debía contactar en Caracas. Las autoridades venezolanas dicen que a Peña Esclusa le encontraron detonantes y no sé cuántas cosas en su apartamento de un barrio caraqueño.

Cuando uno lee ese tipo de informaciones, el círculo se vuelve cuadrado. El sentido común parece no aguantar más bobadas. ¿Es creíble que alguien que va a contactar a Chávez Abarca y le va a entregar detonantes, guarde esas cosas en su apartamento personal, ocho o diez días después de que fuera detenido el salvadoreño?

Honestamente, no creo que Peña Esclusa sea tan imbécil de guardar esas cosas ahí, a pesar de que la detención de Chávez fue pública y notoria en Caracas.

Yo, que no tengo un centímetro de terrorista, ni jamás podría asesinar a alguien, habría hecho puré con esos detonantes de bombas apenas me hubiera enterado de la detención de Chávez Abarca y si estuviese consciente que yo sería uno de sus anfitriones.

La segunda razón por la que me cuesta creer las versiones de las autoridades venezolanas, es que si Chávez Abarca "cantó" a Peña Esclusa, como se asegura, entonces. ¿Por qué no lo dejaron en Venezuela para presentarlo en la causa penal que se seguirá contra él?.

Es inaudito que un gobernante detenga a un opositor bajo cargos tan graves, y el testigo estrella lo mande a los regazos de Fidel Castro. Mi sentido común quizá esté hinchado, pero no lo suficiente como para no advertir esos pequeños detalles.

Nacho Castillo, el  director de Canal 33, me decía, el jueves pasado: "mira, compay, esto de Chávez Abarca me resulta sospechoso. Mira las coincidencias: lo mandan a Cuba en medio de un escándalo internacional cuando la Iglesia Católica, y la Unión Europea, comienza a llevarse a más de cincuenta presos políticos. Los cubanos son buenos para esos circos".

Yo agregaría que, coincidentemente con esa salida, aparece Fidel Castro en la televisión, después de mucho tiempo de no hacerlo.

Además, seguimos sin mirar la certificación de la línea aérea comercial que llevó a Chávez Abarca a Caracas, ni su pasaporte sellado con su salida de ciudad de Guatemala y, mucho, con la visa de ingreso a Caracas que requieren los guatemaltecos.

Quizá mi cabeza sea terriblemente intrigante, pero algo huele mal en todo esto. Mi disco duro no quiere procesar esta información sin obtener respuestas a todo lo que pasó.

(*) Periodista salvadoreño

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