miércoles, 21 de diciembre de 2011

Según un estudio publicado este mes, las madres pueden sincronizarse con los latidos del corazón de sus hijos simplemente sonriéndoles.


Christine Dhanagom
20 de diciembre 2011 (Notifam) – Según un estudio publicado este mes, las madres pueden sincronizarse con los latidos del corazón de sus hijos simplemente sonriéndoles,  informa un sitio cibernético de noticias sobre los descubrimientos en la ciencia, la IO9.
Los investigadores de la Universidad Bar-Ilan en Israel controlaron el “rendimiento cardíaco” de las mujeres y de sus bebés de tres meses de edad durante las interacciones cara a cara.
Su informe, publicado en el diario científico Infant Behavior and Development (El comportamiento y el desarrollo infantil) reveló que la cariñosa interacción cara a cara hizo que el ritmo cardíaco de la madre y del bebé coordinaran “en retrasos de menos de un segundo”.
Los investigadores señalaron: “La concordancia entre los ritmos biológicos materno e infantil aumentó significativamente durante los episodios de afectos y de sincronía vocal, en comparación con los momentos no-sincrónicos. Los humanos, al igual que otros mamíferos, pueden impactar en los procesos fisiológicos del compañero vinculado a través de la coordinación señales sociales visual-afectivas”.
Los resultados dieron más credibilidad a un trabajo previo de uno de los investigadores de Bar-Ilan, Ruth Feldman, quien en múltiples estudios ha demostrado la importancia de la “sincronía”, la sintonía entre padres e hijo demostrada durante las interacciones afectuosas.
Un estudio publicado en el año 2007 por Feldman correlacionó la sincronía entre la madre y el hijo con el desarrollo del sentido de la moralidad del niño. Ella encontró que el grado de sincronía durante la infancia permitía predecir la cognición moral y la capacidad para la empatía del niño en los años posteriores.
Feldman ha estudiado también, en una investigación realizada en 2003, la sincronía entre el padre y el hijo, comparándola y contrastándola con la sincronía entre la madre y el hijo. Ella llegó a la conclusión que “tanto los padres como las madres son igualmente capaces de participar en una sincronía segundo a segundo sincronía con su bebé”.
Sin embargo, su informe encontró que cada padre ofrece “experiencias diferentes”, y señaló a la evidencia que el desarrollo saludable del niño requiere la presencia de dos progenitores de diferente género. 
Traducción por José Arturo Quarracino
Artículos relacionados

No hay comentarios:

Publicar un comentario