martes, 24 de mayo de 2011

Arzobispo genocida.


Matthew Cullinan Hoffman
24 de mayo 2011 (Notifam) – Un sacerdote católico de la diócesis de Barcelona ha denunciado a su arzobispo y otros dos obispos españoles por su continua asociación con los hospitales donde se realizan abortos y esterilizaciones, a pesar de una admonición del Vaticano para poner fin a sus asociaciones con dichas instituciones.
Según un informe publicado recientemente en el sitio cibernético español Religión y Libertad/ReL, el Padre Custodio Ballester le escribió al Cardenal Arzobispo Lluís Martínez Sistach de Barcelona, a principios de abril, pidiéndole que “denuncie públicamente y ponga fin a esta escandalosa situación y a cualquier participación, representación y connivencia de la Iglesia Católica en las juntas de directores de la Santa Creu y de Sant Pau (los hospitales) de Barcelona”, al igual que algunos otros.
“De esta manera, quedará claro que es imposible colaboración alguna con un crimen abominable que clama por la justicia”, escribió Ballester.
Tal como Lifesitenews/Notifam informó en 2010, Martínez Sistach y otros obispos de la región de Cataluña continúan asociando sus diócesis con los hospitales, en donde se practican abortos quirúrgicos, se distribuye la pastilla abortifaciente del día siguiente, y se esterilizan pacientes.
Ballester dijo que no todavía no ha recibido una respuesta del obispo, según informa Religión y Libertad. Sin embargo, él dice que los oficiales del Vaticano le han dicho que ellos están al tanto de la situación y que les han pedido a Martínez Sistach y los demás obispos que terminen sus asociaciones con los hospitales.
Cuando Ballester llevó copias de su carta a Roma para distribución entre las autoridades, “El Vaticano ya sabía del escándalo”, le dijo a ReL. “Los oficiales me aseguraron que el Vaticano ya había advertido a los prelados de Barcelona, Sant Feliu y Tarrasa, que la Iglesia tiene que abandonar los hospitales, pero hasta la fecha, ellos no han respondido”.
La protesta de Ballester surge luego de la renuncia del Padre Ignasi Fuster de la diócesis de Tarrasa, de su puesto en la junta de directores del Hospital Sant Celoni en marzo. Fuster renunció a su puesto, en respuesta a la política pública del hospital de distribuir la droga abortifaciente RU-486 a los pacientes. Aunque la diócesis ha denunciado dicha política pública, la misma no ha removido los demás representantes diocesanos de la junta del hospital.
El Cardenal Martínez Sistach también ha sido objeto de crítica por la decisión que tomó hace unas semanas de no castigar al sacerdote arquidiocesano Manel Pousa, quien admite haberle dado dinero,  por los menos a dos jóvenes, para el pago de sus abortos. Además, ha celebrado  “bodas” homosexuales, y se opone al celibato sacerdotal.

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