lunes, 30 de mayo de 2011

Cristina:Kirchner:"Para que la gente entienda".


La intelectualidad nos está matando
Por JUAN SALINAS BOHIL
La disputa política actual pasa por temas que a la mayoría de la ciudadanía no le interesa. Que Fulano sea candidato o no a la presidencia, que la alianza equis se rompa a causa de que el frente hache tenga como límite a tal o cual, que los candidatos a cargos públicos sean elegidos por el dedo divino de los dueños de los partidos políticos, que presidenciables dejen de serlo de la noche a la mañana o que no se sepa a ciencia cierta si la viuda presidencial va a continuar con el tercer mandato matrimonial, poco importa a la gente de carne y hueso.
Es la misma a quienes periodistas, políticos y encuestadores le aclaran en forma permanente: "Para que la gente entienda". Claro, está muy bien, a los descerebrados hay que explicarles bien las cosas, no vaya a ser que se confundan aunque el pueblo, en teoría, nunca se equivoca. Los que piensan, los inteligentes, los superdotados cerebralmente están en otra cosa. Así debe ser.
Después de las sesudas e interesantísimas opiniones que se escucharon por la llegada de Vargas Llosa y el informe de la SIP en Buenos Aires, ahora le tocó el turno a una nueva discusión entre los "periodistas" del principal canal gubernamental (cada vez hay más) y la señora Beatriz Sarlo que antes era de izquierda y ahora no se sabe bien de qué es o de quién es, pero dice no coincidir con los talibanes burlones de ese estudio televisivo, como otros igual que ella que habiendo sido excomulgados del sistema del pensamiento único ahora se les ha dado por profesar no se sabe bien qué cosas pero eso sí, como buenos opositores, están en contra. Algo es algo.
Por supuesto que los resabios de esa "discusión intelectual" fueron propagados una y otra vez por la Cadena Nacional-Privada del Entretenimiento general, porque la intelectualidad y los intelectuales han ganado tanto espacio en los últimos tiempos que mucho sospechamos que ya nadie se dedique al trabajo si periodistas, escritores, universitarios y hasta uno de los hijos de Moyano son considerados o creen ser intelectuales.
Es un país repleto de pensadores porque están ellos. y los otros, nosotros, precisamente nosotros que creíamos que personajes de la altura de Marx, Sartre o Adam Smith lo eran. ¡Qué decepción! Qué injusto es a veces el pueblo cuando decide, sin pensarlo, perderse esas discusiones tan aleccionadoras y prenderse al televisor para mirar en su momento a Olmedo, Mirta Legrand o en la actualidad a Tinelli.
En esta ascendente y vertiginosa carrera hacia el conocimiento en que los eruditos están llevando al pueblo hay baches que, entendemos, irán siendo corregidos de a poco porque el arduo camino de la revolución está sembrado de peligrosas curvas y banquinas sin señalización, que pueden hacer derrapar y hasta volcar al conductor más pintado. Para evitar esas desviaciones están los canales gubernamentales Encuentro y Pakapaka donde ya se está grabando una versión setentista en la que Blancanieves y cuatro enanitos (los otros tres se exilaron en el castillo de la bruja) usurpan un predio del bosque para construir casitas para los humildes con dinero de los campesinos en un plan llamado Takataka.
Mientras llega el momento de alcanzar en plenitud la derrota de los medios hegemónicos, la oligarquía agroganadera y los sectores de la economía concentrada, los militantes a sueldo de esta nueva era del intelecto recargado han colocado en pantalla nuevas series orientadas bajo las directrices del modelo nacional y popular: Doña Juana y sus dos maridos, La enésima inspección ocular del lugar en que se cometió un asesinato en un country, El café veloz de Diego y Sergio & Hebe Business Enterprise. Todas vieron la luz en las últimas dos semanas. ¿No será demasiado?

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