viernes, 2 de diciembre de 2011

El narcokirchnerismo en Venezuela.



La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, participó de la inauguración del salón “Néstor Kirchner” en el Palacio de Miraflores, Caracas, Venezuela. Asimismo, firmó acuerdos industriales, en materia social, alimentaria y política (cuestión de Malvinas).
Primero, antes que ingresar en lo decididamente insitucional, que sería la firma de estos importantísimos convenios entre ambos países y con empresas privadas argentinas. Me resulta imposible soslayar algo importante que supera lo institucional, tiene que ver con lo afectivo, con las emociones, con el gesto de amor y de cariño hacia quien fuera mi compañero de vida. El honor que significa para nosotros como familia, pero creo que también como la Argentina. Que un país con la historia de la República Bolivariana de Venezuela, bueno, tienen los dos libertadores.
Eran gran amigos, se querían. Este gesto de honrarnos con que lleve el nombre de Néstor Kirchner, sino las imágenes. El abrazo conmigo, la asunción con vos, Hugo, con Fidel [Castro] y yo, de blanco. La imagen del eternauta, la imagen de cuando asumí como presidenta. Este gesto maravilloso del retrato de él, presidiendo la sala, y el retrato que pertenece a cuando Néstor se trasladó hasta aquí por el tema de los rehenes de Colombia. Quiero agradecerlo en nombre mío y de mi hija, que me acompañaba. Quiero contar algo de Florencia. Cuando estabamos reunidos en la charla con Hugo, ella fue al baño, y se levantó otra vez y me dijo “tuve que salir, mamá, me acuerdo que en 2010 estábamos en Nueva York con Papá, por una asamblea de la ONU, y era cuando [el kirchnerismo] había perdido las elecciones legislativas. Decía algo la oposición y me acordé que vos te enojaste, que papá también y Hugo estaba ahí y me dio un nudo de garganta”.
El día que Hugo le dijo al mundo lo que estaba pasando, estabamos las dos en la cama y te escuchábamos y nos poníamos a llorar. Quiero agradecerte, entonces, el gesto.
También la importancia de estos convenios. No son solo de ahora, vienen desde el mismo momento que se conocieron ambos presidentes y que vamos a continuar. Pensamos en la misma manera lo que tiene que ser un proyecto político con inclusión social, que acerque a las grandes mayorías a los bienes que carecieron durante décadas. Sacar a millones de latinoamericanos de la pobreza tiene que ver ocn un proceso creciente de integración. Decidimos, en 2003, que nuestro lugar está aquí, en América del Sur. Cuando uno ve lo que pasa en el mundo, cada vez estoy más convencida de la necesidad de aunar los esfuerzos de toda la región, porque somos una región privilegiada.
Todo lo que hemos recibido tiene que ser aprovechado por todos nosotros en pos de que millones de sudamericanos tengan mejor vocación de vida y que sirva para el mundo. No somos egoístas ni coloniales, queremos colaborar con la economía mundial. Somos las economías emergentes las que hemos ido sosteniendo el crecimiento global y queremos nuevos paradigmas que no nos subordinen, que respeten las diversidades culturales, religiosas y políticas.
Lo más importante de nuestra relación es compartir los mismos objetivos y creer y compartir los mismos paradigmas.

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