lunes, 13 de diciembre de 2010

Los narcosubversivos manejan las inmobiliarias villeras.

Los narcotraficantes dominan el negocio inmoviliario en las villas porteñas


2010

Excelente artículo publicado hoy en el Diario Popular.

El drama en Villa Soldati presenta puntos de contacto con el fenómeno del alquiler de habitaciones en las villas porteñas, bajo el control de narcos.

Por Maximiliano Montenegro

Norma habita la villa 1-11-14. En rigor, la habitaba, porque tuvo que abandonar el lugar, impedida por razones económicas de pagar el alquiler de una pieza. “Los narcos me subieron el precio a 600 pesos mensuales, y yo pagaba 400”, contó la mujer. Así aparece en escena la delicada situación de miles de personas necesitadas de vivienda, el control de los grupos narcos en los asentamientos porteños y el negocio de las “inmobiliarias tumberas”, un explosivo cóctel que también tiene puntos de conexión con el drama del Parque Indoamericano.
Al relatar su experiencia, Norma, en diálogo con DIARIO POPULAR, reveló que es madre de dos chicos, de 12 y 9 años. El mayor tiene una discapacidad que lo obliga a recibir atención multidisciplinaria en el Hospital Garrahan. “Vivía en González Catán, pero no podía viajar tanto para atender al nene. Entonces nos fuimos a la villa, por la cercanía con el hospital”, explicó la mujer, que agregó: “el contacto para tener una pieza lo hice a través de una amiga, que conocía a los narcos”.
Gustavo Vera, de la asociación La Alameda, ratificó la situación de grupos que manejan el negocio de los alquileres en las villas. “Sí, ocurre en la mayoría de los asentamientos; se aprovechan de gente muy necesitada. Les cobran 400, 500 o 600 pesos por habitaciones donde la gente vive hacinada, en estado calamitoso. El tema es que no pueden pagar un alquiler convencional, porque hay muchos trabajadores en negro, semi esclavizados. Son víctimas de un sistema que manejan algunos vivos, al igual que ocurre con los talleres textiles clandestinos”, dijo el dirigente social.
Los números del problema habitacional en territorio porteño impresionan. Se calcula que la cantidad de habitantes supera las 230.000 personas, distribuidas en 23 asentamientos. En este marco, surge el negocio de las inmobiliarias manejadas por narcos, que se apoderan de los terrenos a sangre y fuego. Luego, construyen “para arriba”, suman habitaciones y las ponen en alquiler.
Absoluta impunidad
Norma padeció el problema y no tuvo otra salida que abandonar su lugar. “Era una pieza lastimosa, con un baño y lugar para una heladerita, cocina y cama, nada más. Ahí estuvimos unos seis meses, hasta que nos quisieron subir el alquiler. Manejan todo, tienen todo controlado, no podés hacer nada. Nadie les pone un freno. Por suerte, gente amiga nos alquiló un departamento chiquito a unas cuadras de la villa, donde estamos mejor, pero hay mucha gente que se queda en la calle”, explicó la mujer.
Para Luis Vicat, especialista en seguridad, “la villa 1-11-14 es, en la actualidad, la base del narcotráfico en la ciudad y sus alrededores” y es donde, precisó, “los lugartenientes operan con absoluta impunidad, aprovechando la situación de necesidad real, concreta y dramática de muchas familias en situación de marginalidad”.
Un jefe de la Policía Federal, que sigue de cerca el problema en el Parque Indoamericano, contó que “los movimientos en las últimas semanas de grupos que manejan el negocio de la droga tiene clara conexión en los sucesos de Villa Soldati, porque requieren de mayores espacios para acrecentar el control de la zona sur y fueron recalentando el ambiente en varios asentamientos para generar la toma del parque”.

De la peor calaña

José Luis, un dirigente social que trabaja en la villa 20, relató que “desde hace años, determinados grupos vienen acrecentando su poder adentro del barrio, construyendo más habitaciones en cada terreno, que son alquiladas a personas necesitadas”, y manifestó que “al mismo tiempo, muchos vecinos son utilizados para realizar tareas ilícitas, por eso es tan necesario que el Estado se haga presente de una manera masiva”.
Entre las docenas de ocupantes del predio de Villa Soldati resultó contundente el testimonio de Roberto, un argentino padre de ocho chicos. “Prefiero morir acá, que me maten a palazos o tiros, que seguir alquilando en la villa”, sostuvo, y agregó que “ahí estamos a merced de gente de la peor calaña, y nosotros atrapados, por eso vinimos”.
Javier Miglino, de la asociación Defendamos Buenos Aires, también explicó que “los narcos se adueñaron de todo en determinados asentamientos, el más importante es la villa 1-11-14, y son las mismas bandas que planearon el copamiento del parque en Villa Soldati, porque el objetivo es ganar espacio para sumar poder de recaudación”.
Pero otro aporte descarnado de Norma, pinta mejor la situación: “El problema con los narcos dentro de la villa aparece cuando -dijo- no servís a sus fines, no liberás a tus hijos para que se sumen a esas estructuras, y es justamente lo que me pasó a mí; entonces -concluyó- me presionaron con el aumento del alquiler para sacarme de ahí”.

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