YEMEN
Ahora, la gran rebelión yemení
Tres generales yemeníes desertan y se ponen del lado de los manifestantes
Decenas de oficiales del Ejército exigen la dimisión del presidente y envían sus tropas para proteger a los manifestantes.-
El ministro de Defensa responde que los militares y la policía apoyan a Salé
Saná - 21/03/2011
Un oficial yemení empuña su AK-47, al tiempo que arenga a los manifestantes antigubernamentales en Sanaa.-
Los acontecimientos se precipitan en Yemen en los últimos días y el presidente, Ali Abdalá Salé, se está quedando solo en su intento de conservar su poder. El punto de inflexión fue la muerte de 52 manifestantes a manos de la policía la semana pasada, que hoy ha tenido nuevas consecuencias negativas para Salé: tres altos cargos del Ejército han decidido desertar para enviar a sus tropas a proteger a los manifestantes y han exigido la dimisión del presidente. A ellos se han unido decenas de oficiales, el líder de la principal tribu del país y los embajadores en Siria, Arabia Saudí y Jordania.
A esta cadena de deserciones ha respondido con contundencia el ministro de Defensa, Mohamed Naser Ahmed, quien ha anunciado que el Ejército y la policía yemení apoyan al presidente Salé contra los intentos de la oposición de "dañar la legitimidad constitucional". En un breve comunicado leído por televisión, Ahmed ha afirmado que "las Fuerzas Armadas y la policía no van a permitir de ninguna manera ningún intento de oposición a la democracia, a la legitimidad constitucional o perjudicar a la seguridad nacional", informa Efe.
Uno de los militares, el general de brigada Mohamed Ali Mohsen Salé (número dos de las fuerzas armadas y hermanastro del presidente) ha anunciado su apoyo "a la revolución del pueblo y sus peticiones", según la cadena de televisión Al Yazira, que asegura que miles de personas se concentran hoy en Saná protegidas por los carros de combate y los vehículos acorazados del Ejército. La declaración de apoyo del general Ali Mohsen, jefe de la zona militar occidental y de la primera división acorazada, animó a los otros dos generales, Mohamed Alí Mohsen y Hameed al Qusaibi (que como Ali Mohsen, pertenecen a la misma tribu que Salé, la Hashid), a proteger también a los activistas, acampados en Saná y que no han dejado que su protesta decaiga a pesar de los violentos acontecimientos del 18 de marzo. Decenas de oficiales y al menos 50 cargos del Ministerio del Interior les han seguido y se han pasado al bando de los opositores.
El jeque Sadek al Ahmar, el principal líder tribal (de la Hasdid, como los anteriores) del país, ha sido otra de las personalidades yemeníes que han urgido hoy al presidente a irse de forma "honorable", según Al Yazira. "Anuncio en nombre de todos los miembros de mi tribu que me uno a la revolución", declaró Al Ahmar y pidió a Salé que "evite un derramamiento de sangre en Yemen y abandone tranquilamente el país".
Otros de los que han retirado su apoyo al presidente son los embajadores de Yemen ante Siria, Arabia Saudí y Jordania, que han dimitido y reclamado, como todos, su dimisión del presidente, informa Al Yazira. "Dimito tras la masacre de la plaza por el Taghyir (Cambio)" de Saná, ha declarado el embajador en Damasco, Abdel Wahhab Tawaf, que ha renunciado también al partido gubernamental para apoyar al movimiento opositor.
Salé, en el poder desde hace 32 años, destituyó ayer a la totalidad de su Gobierno tras el abandono de varios ministros (junto a 27 diputados y 47 miembros del partido gubernamental) que también rechazaron la violenta represión de los manifestantes pacíficos. El dirigente, que negó la implicación de la policía y responsabilizó de la matanza a elementos armados entre los acampados en la plaza, declaró el estado de emergencia y pidió a los manifestantes que se trasladen a otro lugar donde no interfieran con la vida de la ciudad.
Más de la mitad del Ejército apoya las protestas
"La falta de diálogo y la opresión de manifestantes pacíficos en público ha tenido como consecuencia una crisis que aumenta a diario", ha manifestado el general Ali Mohsen, que ha hablado en nombre de las fuerzas armadas al afirmar que "son parte integral del pueblo y sus protectores" y que por eso han decidido apoyar pacíficamente sus demandas.
El director del periódico Yemen Post, Hakim al Masmari, calcula que "cerca del 60 por ciento de los militares se han aliado a los manifestantes", como le cita Al Yazira. Según el periodista, que asegura que Salé ya sabía que el general Ali Mohsen le iba a "abandonar", esta decisión "es un claro indicio de que el presidente Salé ha perdido la partida y debe dimitir".
Un grupo de 60 oficiales del Ejército de la provincia de Hadramout, en el sureste de Yemen, han decidido unirse a la protesta contra el presidente, como han hecho decenas de militares en Saná, según ha anunciado en Al Yazira el general Nasser Ali Chouaibi, que ha añadido que otros 50 cargos del Ministerio del Interior también se han sumado a la causa de la oposición, como los generales, Alí Abdullaha Aliewa, asesor del jefe supremo del Ejército, y Nasser Eljahori, jefe de la Brigada 121.
"Salé libra su última batalla"
Franck Mermier, antropólogo francés especialista en Yemen, considera, en declaraciones a France Presse, que el presidente Salé "está en su último atrincheramiento. Ha perdido toda legitimidad de cara a su pueblo y libra su última batalla". Mermier, que cree que la represión de los manifestantes "agrava la posibilidad de una guerra civil", está desesperado.
El jefe del Estado ha perdido también el apoyo de la mayoría de tribus, y de entre ellas, del principal jefe tribal, y de los líderes religiosos. Le queda solamente, según Mernier, las fuerzas de seguridad dirigidas por miembros de su familia.
"El cambio es ineluctable en Yemen, pero la cuestión es saber a qué precio", reflexiona el presidente del centro de estudios para el futuro de Saná, Farés al-Saqqaf, que considera que "Yemen está más cerca del escenario egipcio, pero podría seguir el de Libia", teniendo en cuenta la presencia de tribus fuertemente armadas.
Ahora, la gran rebelión yemení
Tres generales yemeníes desertan y se ponen del lado de los manifestantes
Decenas de oficiales del Ejército exigen la dimisión del presidente y envían sus tropas para proteger a los manifestantes.-
El ministro de Defensa responde que los militares y la policía apoyan a Salé
Saná - 21/03/2011
Un oficial yemení empuña su AK-47, al tiempo que arenga a los manifestantes antigubernamentales en Sanaa.-
Los acontecimientos se precipitan en Yemen en los últimos días y el presidente, Ali Abdalá Salé, se está quedando solo en su intento de conservar su poder. El punto de inflexión fue la muerte de 52 manifestantes a manos de la policía la semana pasada, que hoy ha tenido nuevas consecuencias negativas para Salé: tres altos cargos del Ejército han decidido desertar para enviar a sus tropas a proteger a los manifestantes y han exigido la dimisión del presidente. A ellos se han unido decenas de oficiales, el líder de la principal tribu del país y los embajadores en Siria, Arabia Saudí y Jordania.
A esta cadena de deserciones ha respondido con contundencia el ministro de Defensa, Mohamed Naser Ahmed, quien ha anunciado que el Ejército y la policía yemení apoyan al presidente Salé contra los intentos de la oposición de "dañar la legitimidad constitucional". En un breve comunicado leído por televisión, Ahmed ha afirmado que "las Fuerzas Armadas y la policía no van a permitir de ninguna manera ningún intento de oposición a la democracia, a la legitimidad constitucional o perjudicar a la seguridad nacional", informa Efe.
Uno de los militares, el general de brigada Mohamed Ali Mohsen Salé (número dos de las fuerzas armadas y hermanastro del presidente) ha anunciado su apoyo "a la revolución del pueblo y sus peticiones", según la cadena de televisión Al Yazira, que asegura que miles de personas se concentran hoy en Saná protegidas por los carros de combate y los vehículos acorazados del Ejército. La declaración de apoyo del general Ali Mohsen, jefe de la zona militar occidental y de la primera división acorazada, animó a los otros dos generales, Mohamed Alí Mohsen y Hameed al Qusaibi (que como Ali Mohsen, pertenecen a la misma tribu que Salé, la Hashid), a proteger también a los activistas, acampados en Saná y que no han dejado que su protesta decaiga a pesar de los violentos acontecimientos del 18 de marzo. Decenas de oficiales y al menos 50 cargos del Ministerio del Interior les han seguido y se han pasado al bando de los opositores.
El jeque Sadek al Ahmar, el principal líder tribal (de la Hasdid, como los anteriores) del país, ha sido otra de las personalidades yemeníes que han urgido hoy al presidente a irse de forma "honorable", según Al Yazira. "Anuncio en nombre de todos los miembros de mi tribu que me uno a la revolución", declaró Al Ahmar y pidió a Salé que "evite un derramamiento de sangre en Yemen y abandone tranquilamente el país".
Otros de los que han retirado su apoyo al presidente son los embajadores de Yemen ante Siria, Arabia Saudí y Jordania, que han dimitido y reclamado, como todos, su dimisión del presidente, informa Al Yazira. "Dimito tras la masacre de la plaza por el Taghyir (Cambio)" de Saná, ha declarado el embajador en Damasco, Abdel Wahhab Tawaf, que ha renunciado también al partido gubernamental para apoyar al movimiento opositor.
Salé, en el poder desde hace 32 años, destituyó ayer a la totalidad de su Gobierno tras el abandono de varios ministros (junto a 27 diputados y 47 miembros del partido gubernamental) que también rechazaron la violenta represión de los manifestantes pacíficos. El dirigente, que negó la implicación de la policía y responsabilizó de la matanza a elementos armados entre los acampados en la plaza, declaró el estado de emergencia y pidió a los manifestantes que se trasladen a otro lugar donde no interfieran con la vida de la ciudad.
Más de la mitad del Ejército apoya las protestas
"La falta de diálogo y la opresión de manifestantes pacíficos en público ha tenido como consecuencia una crisis que aumenta a diario", ha manifestado el general Ali Mohsen, que ha hablado en nombre de las fuerzas armadas al afirmar que "son parte integral del pueblo y sus protectores" y que por eso han decidido apoyar pacíficamente sus demandas.
El director del periódico Yemen Post, Hakim al Masmari, calcula que "cerca del 60 por ciento de los militares se han aliado a los manifestantes", como le cita Al Yazira. Según el periodista, que asegura que Salé ya sabía que el general Ali Mohsen le iba a "abandonar", esta decisión "es un claro indicio de que el presidente Salé ha perdido la partida y debe dimitir".
Un grupo de 60 oficiales del Ejército de la provincia de Hadramout, en el sureste de Yemen, han decidido unirse a la protesta contra el presidente, como han hecho decenas de militares en Saná, según ha anunciado en Al Yazira el general Nasser Ali Chouaibi, que ha añadido que otros 50 cargos del Ministerio del Interior también se han sumado a la causa de la oposición, como los generales, Alí Abdullaha Aliewa, asesor del jefe supremo del Ejército, y Nasser Eljahori, jefe de la Brigada 121.
"Salé libra su última batalla"
Franck Mermier, antropólogo francés especialista en Yemen, considera, en declaraciones a France Presse, que el presidente Salé "está en su último atrincheramiento. Ha perdido toda legitimidad de cara a su pueblo y libra su última batalla". Mermier, que cree que la represión de los manifestantes "agrava la posibilidad de una guerra civil", está desesperado.
El jefe del Estado ha perdido también el apoyo de la mayoría de tribus, y de entre ellas, del principal jefe tribal, y de los líderes religiosos. Le queda solamente, según Mernier, las fuerzas de seguridad dirigidas por miembros de su familia.
"El cambio es ineluctable en Yemen, pero la cuestión es saber a qué precio", reflexiona el presidente del centro de estudios para el futuro de Saná, Farés al-Saqqaf, que considera que "Yemen está más cerca del escenario egipcio, pero podría seguir el de Libia", teniendo en cuenta la presencia de tribus fuertemente armadas.
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