Bruce Dickinson (voz), Steve Harris (bajo), Dave Murray (guitarra), Janick Gers (guitarra), Nicko McBrain (bateria) y Adrian Smith (guitarra) deleitaron a sus fans con una mezcla de temas de su último CD “Final Frontier” y clásicos como “The Number of the Beast”, “Running Free” y “Hallowed by the name” en el marco de la gira que los trajo a nuestro país “The Final Frontier World Tour”. La última vez que habían venido había sido en el 2009, en el marco de la gira “Somewhere Back in Time World Tour”.
Antes de Maiden tocaron Adrián Barilari, más conocido como cantante de la banda de Metal argentina Rata Blanca, presentando su carrera como solista y Kamelot, banda estadounidense de Power Metal.
A las 21 horas, la ansiedad colmó Vélez y a unos entusiasmados fans que esperaban saltar al ritmo del bajo de Steve Harris y la batería de McBrain. A las 21.15 las luces se apagaron y los gritos se escucharon a varias cuadras a la redonda. Empezaron con la introducción “Satellite 15” para llegar a “Final Frontier”. Un principio arrollador, pese a que, siendo el disco muy nuevo, muchos de los fans no se sabían las letras. Continuaron con “El Dorado”, otro tema del disco “The Final Frontier” que también incita a saltar y chocarse con la gente.
Bruce Dickinson, pese a su edad y a sus 35 años de carrera mantiene esa voz que lo hizo famoso en “The Number of the Beast” intacta, Steve Harris sigue usando su bajo de ametralladora y Gers, Smith y Murray siguen haciendo de las suyas con esas melodías armonizadas. McBrain, pese a no ser un virtuoso en su instrumento, es la cara bonita de la banda, los fans lo quieren por su simpatía y se lleva todo el cariño del público.
El tercer tema fue “2 Minutes to Midnight”. A esa altura, las piernas ya dolían y el poco aire que circulaba entre el público que pago para estar en el campo agotaba aún más el físico, pero nada detendría a los fans para saltar, gritar y cantar.
Luego una seguidilla de dos temas del último CD, “The Talisman” y “Coming Home”, llegó el turno de “Dance of Death”, del disco llamado de igual manera y la gente no paraba de saltar.
Se apagan las luces y suena la clásica melodía de “The Trooper”. Dickinson vestido de colonizador inglés con la bandera de Gran Bretaña. En recitales pasados, eso le había jugado en contra, ya que el público argentino chiflaba, pero no esta vez, el público entendió que es algo meramente artístico y no reprochó nada a la banda inglesa.
En el 2000, Iron Maiden lanzó su disco “Brave New World”, del que no habían tocado ningún tema en el 2009. Pero los fanáticos tuvieron su revancha en el 2011. Hicieron una seguidilla de “Blood Brothers” y “The Wicker Man” y luego tocaron el último de la noche de Final Frontier, “When the Wild Wind Blows”.
Era el turno de volver a los clásicos, y así fue. “The Evil That Men Do”, “Fear of the Dark”, “Iron Maiden”, tres temas bien conocidos, inclusive por no fanáticos de Maiden.
La banda se despidió, pero la fuerza y la potencia del fanático argentino siguieron presentes. Y claro, no se iban a ir sin escuchar “The Number of the Beast”. Otra vez Vélez a oscuras y la voz en Off que aclamaba por el 666. La doncella de acero volvió al escenario, tocó el clásico y continuaron con “Hallowed Be The Name”. Parecía que este era el último de la noche, pero “Running Free” coronó un show de Metal imperdible.
La buena noticia para Argentina. Antes de iniciar el show, un camarógrafo de una empresa canadiense que filma a Maiden salió a decir que harían un DVD con los shows de Argentina y Chile, porque cuando hicieron Flight 666 fueron esos países en los que más les gusto tocar y grabar. Ahora a esperar el DVD y a seguir disfrutando de esta banda que parece nunca extinguirse, aunque ya sea eterna, inmortalizados sus integrantes en temas que ya son parte del Metal clásico e imposibles de desconocer.
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