LA PRENSA ROSISTA Y LA CUESTIÓN MALVINAS
Intrigas de la prensa unitaria
Durante su gobierno, Rosas no utilizó la censura como forma de combatir las ideas de sus adversarios y detractores, sino que por el contrario, daba amplia difusión a los artículos que aquellos publicaban en contra suyo en periódicos como el “Nacional” de Montevideo, transcribiendo los textos completos de los artículos en los oficiosos de Buenos Aires, como la Gaceta Mercantil o el Archivo Americano.
Si bien no mantuvo con sus detractores una polémica directa, lo hizo a través de sus amigos y partidarios, rebatiendo en los periódicos las ideas e intrigas vertidas por aquellos.
Así lo hizo por ejemplo durante la agresión anglofrancesa, debatiendo con Florencio Varela que apoyaba la intervención, publicando y refutándole todos los artículos y argumentos en El archivo Americano, dirigido por Pedro de Angelis, con quien colaboraba Rosas, haciendo muchas veces de corrector.
Por su odio ciego hacia Rosas, sus adversarios y enemigos utilizaban cualquier argumento en su contra, y cualquier método les era válido, incluido el apoyo y complicidad con el extranjero o la segregación del territorio nacional.
Intrigas de la prensa unitaria
Durante su gobierno, Rosas no utilizó la censura como forma de combatir las ideas de sus adversarios y detractores, sino que por el contrario, daba amplia difusión a los artículos que aquellos publicaban en contra suyo en periódicos como el “Nacional” de Montevideo, transcribiendo los textos completos de los artículos en los oficiosos de Buenos Aires, como la Gaceta Mercantil o el Archivo Americano.
Si bien no mantuvo con sus detractores una polémica directa, lo hizo a través de sus amigos y partidarios, rebatiendo en los periódicos las ideas e intrigas vertidas por aquellos.
Así lo hizo por ejemplo durante la agresión anglofrancesa, debatiendo con Florencio Varela que apoyaba la intervención, publicando y refutándole todos los artículos y argumentos en El archivo Americano, dirigido por Pedro de Angelis, con quien colaboraba Rosas, haciendo muchas veces de corrector.
Por su odio ciego hacia Rosas, sus adversarios y enemigos utilizaban cualquier argumento en su contra, y cualquier método les era válido, incluido el apoyo y complicidad con el extranjero o la segregación del territorio nacional.
La cuestión Malvinas.
Con pocos argumentos válidos en contra del gobierno de Rosas, los unitarios atizaron la cuestión Malvinas. Sabemos que Rosasnunca aprobó la ocupación inglesa, y aunque no pudo combatirla por las armas imposibilitado por la falta de recursos necesarios y acosado por las revueltas e intrigas de sus unitarios, todos los años en su discurso a la Legislatura dejaba asentada la formal protesta por la ocupación.
El unitarismo intentó usar como argumento contra Rosas el hecho de que éste hubiera ofrecido informalmente a los ingleses, a través del Ministro Manuel Moreno, el canje de las islas por la deuda, siendo esto en realidad un ardid intentado por Rosas para que los ingleses reconocieran que las islas Malvinas no le pertenecían; ofrecidas informalmente, y aceptado el canje por los ingleses, el mismo podía ser rechazado el por Legislatura, quedando entonces demostrados los derechos legales de la Confederación sobre la soberanía de las islas. Lamentablemente los ingleses no “cayeron” en la trampa diplomática, pero el intento fue válido. (Ver Rosas y Malvinas).
La prensa rosista
Desde el “Nacional” de Montevideo, los unitarios insisten acusando nuevamente a Rosas por la permanencia de los ingleses en Malvinas, y el 17 de enero de 1845, el gobierno rosista les contesta desde La Gaceta:
“El sostén del perfecto derecho de la República al territorio de las Islas Malvinas en que persevera el gobierno no se contradice por el hecho de que el gobierno británico no haya resuelto tan justa reclamación. En ninguna ocasión ha dejado el gobierno argentino de hacer valer su buen derecho; y no es ese el primer acto de ocupación ilegal y violenta que deploran los nuevos Estados Americanos, esperando reparación. Para que significase algo la censura del Nacional, sería preciso convenir o en la culpa general de los gobiernos que sin una marina poderosa, no pueden sostener sus posesiones marítimas, o en la insensatez de los principios del derecho de gentes e internacionales. Pruébese que el gobierno argentino haya dejado de sostener dignamente el derecho perfecto de la República y aún de acercar una inteligencia recíprocamente honorable; pruébese que en igual caso no están diversos gobiernos de América y aún de Europa, que han protestado o negocian cerca del gabinete británico y entonces habría motivos de discusión. Además es sabido que la agresión en Malvinas subsiguió a otra del Comandante de la Corbeta Lexington de los Estados Unidos, y el menos perspicaz comprenderá porqué se apresuró el gobierno británico a prescribir un acto inconcebible con el derecho de gentes y con el tratado de la República con la Gran Bretafia” (La Gaceta Mercantil, edición original del 17 de enero de 1845)
Fuentes:
- Irazusta, Julio. Vida política de Juan Manuel de Rosas. t.VII, p.374
- La Gaceta Mercantil, edición original del 17 de enero de 1845
- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
Con pocos argumentos válidos en contra del gobierno de Rosas, los unitarios atizaron la cuestión Malvinas. Sabemos que Rosasnunca aprobó la ocupación inglesa, y aunque no pudo combatirla por las armas imposibilitado por la falta de recursos necesarios y acosado por las revueltas e intrigas de sus unitarios, todos los años en su discurso a la Legislatura dejaba asentada la formal protesta por la ocupación.
El unitarismo intentó usar como argumento contra Rosas el hecho de que éste hubiera ofrecido informalmente a los ingleses, a través del Ministro Manuel Moreno, el canje de las islas por la deuda, siendo esto en realidad un ardid intentado por Rosas para que los ingleses reconocieran que las islas Malvinas no le pertenecían; ofrecidas informalmente, y aceptado el canje por los ingleses, el mismo podía ser rechazado el por Legislatura, quedando entonces demostrados los derechos legales de la Confederación sobre la soberanía de las islas. Lamentablemente los ingleses no “cayeron” en la trampa diplomática, pero el intento fue válido. (Ver Rosas y Malvinas).
La prensa rosista
Desde el “Nacional” de Montevideo, los unitarios insisten acusando nuevamente a Rosas por la permanencia de los ingleses en Malvinas, y el 17 de enero de 1845, el gobierno rosista les contesta desde La Gaceta:
“El sostén del perfecto derecho de la República al territorio de las Islas Malvinas en que persevera el gobierno no se contradice por el hecho de que el gobierno británico no haya resuelto tan justa reclamación. En ninguna ocasión ha dejado el gobierno argentino de hacer valer su buen derecho; y no es ese el primer acto de ocupación ilegal y violenta que deploran los nuevos Estados Americanos, esperando reparación. Para que significase algo la censura del Nacional, sería preciso convenir o en la culpa general de los gobiernos que sin una marina poderosa, no pueden sostener sus posesiones marítimas, o en la insensatez de los principios del derecho de gentes e internacionales. Pruébese que el gobierno argentino haya dejado de sostener dignamente el derecho perfecto de la República y aún de acercar una inteligencia recíprocamente honorable; pruébese que en igual caso no están diversos gobiernos de América y aún de Europa, que han protestado o negocian cerca del gabinete británico y entonces habría motivos de discusión. Además es sabido que la agresión en Malvinas subsiguió a otra del Comandante de la Corbeta Lexington de los Estados Unidos, y el menos perspicaz comprenderá porqué se apresuró el gobierno británico a prescribir un acto inconcebible con el derecho de gentes y con el tratado de la República con la Gran Bretafia” (La Gaceta Mercantil, edición original del 17 de enero de 1845)
Fuentes:
- Irazusta, Julio. Vida política de Juan Manuel de Rosas. t.VII, p.374
- La Gaceta Mercantil, edición original del 17 de enero de 1845
- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
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